Capítulo 1: El descenso del dios
En la mansión de la familia Gas, Dou Klaus se detuvo un momento mirando la entrada, con un papel en su mano y una caja de madera de apariencia común en su otra mano.
Vestido con una vestimenta agradable a la vista, llevaba puesto unos pantalones negros, una camisa blanca y unos zapatos deportivos bastante cómodos; un aspecto cómodo e informal, pensarían los demás; lo curioso era que cuando la gente lo miraba, sentía como si estuvieran mirando a algún noble… El aura a su alrededor era muy inusual.
“Viejo… Sé que hubieras querido que me casara con la hija de esa persona adinerada, pero… Ahora ya no necesito escalar ninguna rama”.
Con unos pasos llego a la entrada, miro al guardia de seguridad de la entrada y le hablo: “Hola, buenos días, vengo a ver al señor Gas, soy el hijo del señor Dou, un viejo conocido del señor Gas; dígale que vengo a entregar algo importante que le dejó a mi padre hace años”.
“¿El hijo del señor Dou? Está bien, informaré a la casa que estás aquí.” El guardia de seguridad hizo la llamada y explicó.
Luego de unos minutos, el guardia de seguridad le dijo que podía pasar.
“El señor Gas ha confirmado, puede pasar; caminando derecho está la entrada”.
“Bueno, gracias”.
Dou Klaus entró y caminó hasta la casa principal mientras veía el paisaje.
Al llegar, lo recibió una ama de llaves.
“Bienvenido, Sr. Dou, el Sr. Gas está ocupado en este momento en una pequeña reunión; si no le molesta, puede esperarlo aquí dentro mientras termina”.
“Está bien, esperaré”. Dou Klaus se sentó en uno de los sofás y miró el lugar; sentía el aura de varias personas, la mayoría empleados.
La mirada de Dou Klaus se detuvo en dirección oeste de la mansión; se escuchaba una melodía, alguien estaba tocando el violín…
Tenía unas inexplicables ganas de ir al lugar cuando una joven dama entró a la casa.
La joven dama a simple vista parecía una chica bonita; caminaba con elegancia y estaba vestida de forma informal. El conjunto que llevaba encima la hacía lucir muy sexy: jeans negros y una camisa azul, mitad por fuera, mitad por dentro del jean. En cuanto a su rostro, su cabello era rubio, con ojos verdes; parecía una celebridad americana.
Al mirarla, Dou Klaus pensó que era una familiar de la familia Gas.
La chica, llamada Gixia, miró a Dou Klaus y rápidamente le preguntó a la sirvienta de al lado.
“¿Quién es ese chico guapo? Nunca lo había visto”.
“Se llama Sr. Dou, vino a ver al Sr. Gas, no sabemos nada más hasta los momentos”. La sirvienta respondió rápidamente.
Gas Gixia pensó y solo saludó: “Hola, me presento, soy Gas Gixia, mi padre es el Sr. Gas”.
Dou Klaus la miró y se dio cuenta de que no dejaba de analizar su ropa; al ver que no era de marca, ella frunció un poco los ojos, con algo de decepción, pues pensó que era alguien importante, pero al parecer era solo un chico de los recados.
‘Así que ella es mi prometida… Su apariencia es algo bonita, y su presentación es correcta, sin embargo… Su mirada es muy superficial’.
Asintió con la cabeza: “Hola, me llamo Dou Klaus”.
Gas Gixia tenía curiosidad, pero decidió subir; no era bueno andar de preguntona.
Sin embargo, al subir, vio que su papá estaba bajando las escaleras.
El Sr. Gas llevaba puesto un traje azul de negocios. Bajando las escaleras vio a su hija y, sabiendo el asunto que se iba a hablar, le dijo que bajara con él.
“Vamos, Gixia, la reunión que tendré con el Sr. Dou es sobre ti”.
“¿Ah?” Gas Gixia estaba llena de preguntas, pero aun así siguió a su padre.
El Sr. Gas miró a Dou Klaus y lo saludó: “Así que es el hijo del Sr. Dou, es un gusto. Soy Gas Hel, un gusto. Espero que tu padre esté bien, ¿no ha venido?”
“Hola, Sr. Gas, me llamo Dou Klaus; igualmente, mi padre… Está muerto.”
Dou Klaus respondió sin mucha expresión.
“Oh… Así que el Sr. Dou no está… Lo siento, ¿puedo preguntar cuál fue la causa? Era unos pocos años más joven que yo.” El Sr. Gas suspiró y preguntó.
“Fue asesinado, los Renegados lo asesinaron en un ataque a la aldea donde vivía”.
Al decir eso, el ambiente parecía bajar de grados rápidamente.
Los Renegados son seres de otro mundo. Hace más de mil años, unas grietas aparecieron en el planeta, y de ellas empezaron a salir los llamados Renegados. Eran humanos, pero no de este mundo, miraban este mundo como un lugar para conquistar, miraban a los humanos con desprecio. Los Renegados tenían un poder que hacía aterrorizar a los demás, sus capacidades físicas eran sobrehumanas, tenían poderes mágicos que las personas no entendían, causaron muchos estragos en ese momento. Solo gracias a varios acontecimientos los Renegados rara vez se pueden molestar a los mortales, pero cada tanto hay casos sobre Renegados que han matado o destruido.
El Sr. Gas suspiró: “Entiendo… Así que fue así…”
Duan Klaus habló: “He venido hoy a entregarle el papel de compromiso que hizo con mi padre hace años; no es conveniente para los involucrados casarse solo porque los mayores han hecho un trato antes. A modo de disculpa, he traído esto”.
Hablando, abrió la caja que llevaba en su mano; dentro había 10 frutas que eran idénticas a unas manzanas.
En ese momento, el Sr. Gas tenía una expresión de compresión e internamente estaba feliz; realmente no deseaba que su hija se casara con alguien de baja clase social solo por un trato de agradecimiento que hizo hace años.
Gas Gixia, en cambio, tenía una expresión de asco. Ahora entendió por qué ese hombre estaba aquí; era ese matrimonio arreglado que hizo su padre hace años con alguien de baja clase social. Aparte de su buena apariencia, no tiene absolutamente nada que valga la pena, mucho menos ser digno de ella; incluso su regalo eran unas manzanas.
Dou Klaus estuvo a punto de explicar su regalo cuando una sirvienta corrió y llamó de manera urgente.
“¡Sr. Gas! ¡Hay problemas! El Sr. Qin está aquí y está pidiendo rápidamente que vaya con él; si no, cancelará la cooperación con el Grupo Gas”.
El Sr. Gas se alarmo, y antes de irse corriendo, le dijo a Dou Klaus: “¿Puede esperarme un momento? Iré a atender un asunto urgente.”
Dou Klaus asintió, pero pensó internamente: ‘¿La gente siempre está muy ocupada en la ciudad?’
Al irse el Sr. Gas, Gas Gixia se movió y señaló con el dedo mientras miraba de forma arrogante: “Tú fuiste lo suficientemente sensato para devolver ese papel de compromiso; yo soy de otro mundo, tú eres alguien que ni siquiera debe de tener un sueldo decente. No sé qué pensaba mi padre al comprometer mi matrimonio con alguien de bajo estatus como tú. ¿Incluso solo das unas manzanas baratas como regalo?”
Dou Klaus la miró con indiferencia.
«Sí, somos de mundos distintos».
Luego de decir eso, se levantó y fue a donde estaba el sonido de antes.
Gas Gixia sintió algo mal en la forma en la que se lo dijo, pero estaba bien mientras entendiera. No le prestó más atención y fue a chismear a su padre.
Mientras tanto, Dou Klaus llegó al jardín, donde el hermoso sonido del violín recorría su oído. Lo primero que vio al llegar fue una figura en silla de ruedas, usando el violín para reproducir la hermosa melodía.
Más allá de la melodía, Dou Klaus sintió una fuerte atracción hacia la figura, como si hubiera encontrado lo más valioso del mundo, como si al fin hubiera encontrado lo que tanto buscaba. Se acercó y se fijó que era una chica que tenía vendas en los ojos, y a simple vista también era discapacitada en las piernas.
Al verla así, Dou Klaus sintió que su pecho le apretaba, como si le hubieran lastimado el corazón con un martillo.
“¿Quién está ahí?” La chica dejó de tocar y preguntó.
Al ser descubierto, solo pudo presentarse: “Me llamo Dou Klaus, vine a discutir un asunto con el jefe de la familia Gas; me pregunto quién eres”. Dou Klaus respondió de forma clara, temiendo que la chica se asustara.
La chica estaría en guardia con alguien normalmente, pero sintió de alguna manera que esta persona no era mala, dijo: “Oh, entiendo. Yo… Me llamo Lu Clary…”
“Lu Clary… Bonito nombre, tocas muy bien el violín, ¿eres profesional?”, preguntó Dou Klaus; había escuchado una que otra melodía de violín antes, pero lo que tocaba Lu Clary era algo más maravilloso.
Lu Clary negó con la cabeza: “No, no soy profesional ni nada, solo es uno de mis hobbies”.
“Entiendo, por cierto, señorita Lu, esa melodía… Sonaba un triste”.
Dou Klaus dijo, queriendo saber más sobre esta chica.
Lu Clary suspiró…
“Yo…”
Dou Klaus sabía que la joven no tenía mucha confianza en él, así que explicó: “Puedes contarme, quisiera saber el motivo de aquella melodía tan triste”.
Lu Clary, pensándolo un poco, respondió: “Mi madre… Murió ayer, y no creo que yo viva mucho más tampoco”.
Dou Klaus pensó que había escuchado mal.
“¿Eh? ¿Qué quieres decir con que no vivirás más?”
“¿No lo sabes? ¿No eres cercano a la familia Gas?” preguntó Lu Clary.
“Es la primera vez que vengo aquí, y no tengo ninguna relación con esta familia; puedes contarme tus inquietudes”.
Al decir eso, Dou Klaus se fijó en el collar que tenía Lu Clary; ahora que lo sintió, este collar tenía Qi de atributo madera en su interior. Dou Klaus lleva tiempo buscando objetos con este tipo de energía, ya que solo así podrá mejorar en sus habilidades.
“¿Es así? De hecho… Mi madre adoptiva murió ayer porque un joven maestro vino a visitar la casa y, por error, mi madre derramó agua en el zapato de ese joven maestro, y en un ataque de ira, fue golpeada muy duro en la cabeza, causando un sangrado cerebral… Y la familia Gas hizo la vista gorda, incluso…»
Tras una breve pausa, siguió: “Mencionaron que sería entregada a él para servir con mi música hasta pagar el error de mi madre adoptiva…” Lu Clary dijo esto con una tristeza y rabia visibles en su rostro.
Dou Klaus al terminar de escucharlo, tenía una mirada fría.
“¡¿La gente de la ciudad no tiene humanidad?! No te preocupes, no dejaré que eso pase. A partir de ahora, te protegeré, Lu Clary, no dejaré que te hagan daño”. Dou Klaus dijo firmemente.
Una familia tan oscura, y un hombre que mata a cualquiera por un error así… Él se encargará de estas pestes.
Lu Clary sacudió la cabeza.
“No… Por favor, no te involucres en esto; esa gente es peligrosa, no quiero que alguien salga lastimado por mi culpa”.
Dou Klaus miró a la chica; independientemente de lo que dijera, iba a protegerla.
De repente, Lu Clary dijo algo que lo dejó en shock un rato.
“Tú… Pareces alguien amable… ¿Puedes hacerme un favor? Tengo un departamento a mi nombre, que mi madre me dio para que viviera bien en el futuro, pero… Dado que moriré pronto, quisiera pedirte un favor a cambio del departamento».
Lu Clary juntó las manos en posición de súplica y dijo: “Por favor… Cásate conmigo. Sé que es algo loco, solo… Quisiera morir habiendo estado casada, así sea por un momento; era de los últimos deseos de mi madre… Que me haya casado en esta vida, para así tener a alguien en quien confiar plenamente, pero… Es muy complicado e imposible ahora; al menos quisiera casarme para cumplir eso”.
“¿Hm?” Dou Klaus quedó paralizado un momento, mirando a la chica en frente de él, como si fuera un ángel a quien le rompieron las alas. Era extraño que pidiera una cosa así, pero él no entendía sus heridas y su tristeza, una vida así… A Dou Klaus le nacieron unas feroces ganas de protegerla y acabar con cualquiera que la trate mal.
Luego, tras un momento, dijo que sí.
“Está bien, acepto, me casaré contigo, Lu Clary.”
“¿En… serio? ¿Lo harás? No te preocupes, automáticamente al casarnos todos los bienes que tengo serán para ti, que sería el departamento”.
Lu Clary explicó, temiendo que se echara para atrás si lo pensaba más.
De hecho, ella también se quedó un poco en shock cuando salieron sus palabras de la boca, pedirle a un extraño que se case con ella en esta situación…
“Bien, no perdamos el tiempo, vamos, hay que ir a la oficina. ¿Tienes tus papeles cerca?”, dijo Klaus mientras tomaba por detrás su silla de ruedas.
“Están… En mi cartera, todo lo mío está ya conmigo; de todas formas, me iban a entregar pronto”. Lu Clary explicó.
“Perfecto”. Dou Klaus llevó a Lu Clary hasta la entrada de la casa, donde estaban entrando el Sr. Gas y Gas Gixia.
“Sr. Dou… Usted… ¿Qué hace?”, preguntó el Sr. Gas.
“Me voy a casar con ella.” Respondió Dou Klaus con una mirada indiferente.
Abajo, Lu Clary estaba nerviosa; creía que no podría salir de la casa, pues la necesitaban para entregarla a ese joven maestro.
“Sr. Dou… Esto… No entiendo… Ella no puede salir de aquí, y mucho menos creo que sea bueno que se case con usted.” El Sr. Gas dijo, un poco extrañado por esta situación.
¿El joven que vino a entregar el papel de compromiso para no casarse con su hija, ahora, en un lapso de unos minutos, está diciendo que se casará con la inválida que será entregada al joven maestro Teng? Esto no tiene lógica.
“En primera, con quien me case no creo que sea de su preocupación, y en segunda, ella puede y saldrá de aquí conmigo; espero que, por favor, cedan el paso”. Hablo Dou Klaus fríamente; al saber cómo era esta familia, no tuvo reparos en hablar así.
“¡Tú!” El Sr. Gas señaló con el dedo y quiso llamar a los guardias, pero Gas Gixia lo detuvo.
“Déjalo, papá, es una oportunidad para enviar la ira del joven maestro Teng a ellos nada más; diremos que se escapó con este pobretón, así nos quitaremos toda pizca de responsabilidad”.
“Es… parece buena idea.” El Sr. Gas lo pensó y solo cedió el paso.
Dou Klaus pronto llevó a Lu Clary al automóvil, que si lo viera, aseguraría que era uno bastante lujoso. Este la cargó con sus brazos, haciendo que Lu Clary se pusiera un poco roja, porque era la primera vez que la cargaba un hombre…
Fueron directo al departamento civil, donde obtuvieron sus actas de matrimonio y así, rápidamente, se convirtieron en esposos.
“Gracias… Al fin pude cumplir el deseo de mi madre adoptiva…»
Lu Clary juntó las manos, en señal de gratitud.
«Puedes regresarme a la familia Gas, las escrituras de la casa están aquí, tómalas”.
Pero antes de poder sacarla, Dou Klaus le tomó la mano.
“Esposa, te lo dije antes, y te lo diré ahora como esposo. Te protegeré; si alguien se atreve a intimidarte, yo los haré pagar”.
“¿Ah? No, no es posible. Fuiste muy amable para dejarme casar contigo, pero incluso si escapamos, no quiero que cuides de mí, es injusto para ti. En mi día a día necesitaba incluso ayuda para ir al baño, tú… No es justo eso, solo regrésame, ya me resigné a mi vida”.
Lu Clary sabía que significaba vivir cuidando de ella; su madre adoptiva lo había hecho y siempre sentía que era una piedra en la vida de su madre adoptiva. Incluso para bañarse, ir al baño, incluso para dormir y levantarse, necesitaba la ayuda de alguien más. Es horrible.
Dou Klaus la cargó en sus brazos nuevamente.
“Tienes muchas preocupaciones, y lo entiendo, y porque ahora soy tu esposo, ya no tendrás que vivir más así. Te voy a curar, e incluso si no pudiera, seguiría a tu lado, por siempre”.
Lu Clary tembló, pero rápidamente negó con la cabeza.
“Sé que tienes buenas intenciones, pero… Ya mi madre me llevó al doctor, y dijo que los nervios que controlan la movilidad estaban rotos por completo en mi columna; incluso una cirugía tiene 99% de fracaso, y no hablemos del precio, es demasiado para algo que no tiene salvación”.
Ella conocía su condición; no hablemos de sus ojos que ni siquiera tenía, solo sus piernas eran imposibles de curarlas y el precio incluso del intento era de al menos unas decenas de miles de dólares, simplemente no tenía ese dinero.
«Confía en tu esposo».
Dou Klaus le dijo, no queriendo explicar tanto ahorita; él había analizado su situación y lo que era casi imposible para otros, para él era posible, solo necesitaba estar en un lugar tranquilo, así que la llevó a casa.
En el camino, escucho una explosión más adelante, deteniendo el tráfico y haciendo que la gente corra rápidamente.
Dou Klaus entrecerró los ojos.
Delante, había un grupo armado de personas que estaban rodeando una camioneta negra de lujo; al parecer, eran secuestradores realizando un secuestro.
Había 8 figuras con armas rodeando la camioneta negra.
Uno de ellos golpeó ferozmente la ventana del conductor y, tras un sonido de vidrios rotos, sacó violentamente al conductor. Tras sacar al conductor, desbloquearon las puertas restantes en el panel de control del conductor.
Abrieron las puertas y sacaron a una mujer de unos 40 años y a una niña de 10 años que a simple vista era su hija, dispuestos a llevárselas.
Dou Klaus vio este acontecimiento y se volteó a mirar a Lu Clary, diciendo: “Hay un problema adelante, necesitan ayuda y saldré para solucionarlo. No te preocupes, solo quédate aquí esperándome; el seguro se activará y solo yo puedo abrir el auto desde afuera. Volveré pronto, esposa”.
Lu Clary naturalmente escuchó la agitación afuera; estaba preocupada, y cuando escuchó que Dou Klaus la llamó esposa, se sonrojó un poco.
“Está bien… Ten cuidado, te esperaré aquí”.
Dou Klaus asintió y luego salió del auto, yendo directo al lugar de la escena.
Los 8 secuestradores estaban llevando rápidamente a la mujer y su hija a la camioneta de los secuestradores.
“Por favor, no lastimen a mi hija, solo déjenla ir, por favor, les daré todo el dinero que quieran”. La mujer estaba angustiada y preocupada por tener a su hija en esta situación.
Un secuestrador de estatura alta le gritó: “¡Cállate! Obviamente nos vas a dar dinero. Cuando llamemos a tu esposo y le digamos que tenemos a su esposa e hija, nos dará todo el dinero del rescate, así podrán volver a su vida normal”.
“Oye, si sigues agitando esos pechos, podría bajar un poco mi parte del dinero para poder pasar un tiempo contigo, jeje”. Otro secuestrador de cabello rubio dijo mientras miraba lascivamente a la mujer que movía su pecho por su respiración agitada.
La niña abrazó a su madre y le gritó al secuestrador: “¡Aléjate de mi mami!”
“¿Me estás gritando, mocosa?” El secuestrador de cabello rubio se molestó y levantó su brazo para golpear a la niña.
La madre reaccionó rápidamente y cubrió a su hija en sus brazos, lista para recibir el golpe.
Tras un momento, sin sentir ningún tipo de dolor, levantó su mirada y vio como el secuestrador estaba siendo detenido por un joven.
“Tú…”
El secuestrador intentó liberarse, pero rápidamente se dio cuenta de que no importa cuánta fuerza usara, no podía liberarse del agarre de Dou Klaus.
Los demás secuestradores se sorprendieron por la repentina aparición de Dou Klaus.
“¡Suéltame, maldito!” El secuestrador estaba molesto y gritó.
Dou Klaus miró fríamente al secuestrador rubio.
“Una banda de patéticos secuestradores, hoy tiene mala suerte”. Al terminar de decir eso, sus ojos se iluminaron levemente y soltó el brazo del secuestrador, pero este se dio cuenta de que no podía moverlo en absoluto, como si no pudieran recibir alguna señal para moverse.
El secuestrador rubio se asustó y le gritó: “¡¿Qué rayos hiciste?!”.
El secuestrador alto, al parecer siendo el líder de la operación, habló: “¡¿Qué esperan?! Agárrenlo y mátenlo». Dio la orden para que ataquen rápidamente a Dou Klaus.
Al ver que venían por él, Dou Klaus estuvo en completa calma, mirando a cada figura como si mirara a las hormigas.
Como un flash, se movió y pasó por cada uno de los secuestradores y, con solo tocar sus cuerpos, estos cayeron al suelo, sin poder moverse.
“¿Qué pasó? ¿Por qué no puedo moverme?”
“No siento las piernas ni los brazos”.
Los secuestradores estaban asustados, pensaban que habían sido mutilados, pero al ver abajo, podían ver que sus extremidades estaban conectadas, pero no podían sentirlas en absoluto.
Dou Klaus los miró con indiferencia mientras les decía: “No los mutilé, pero no hay diferencia entre eso y ahora. He cambiado la estructura de sus cuerpos, separando y creando un retorno de nervios y sangre en sus extremidades; en pocas palabras, corté todo rastro de conexión de sus extremidades con su torso”.
Los secuestradores se asustaron mucho, pero el jefe alto dijo rápidamente: “Niño, deja de mentir, es imposible que hagas eso en unos instantes. Veo que tienes muchas habilidades, pero aquí tenemos armas, y yo soy un guerrero. Ellos no te vieron moverte, pero yo sí, así que es mejor que te arrodilles y esperes pacientemente la muerte”.
“Oh, bueno, siendo espectador es más fácil ver; supongo que si voy lento hay muchas personas capaces de verme. Pero… ¿Quién te dijo que mentí? A menos que venga un médico superpoderoso, no podrá hacer nada para arreglarlos; cuando vayan a la cárcel y les hagan un examen, verán que lo que dije es verdad: sus vidas serán un infierno”. Dou Klaus habló, mientras abría las cuerdas en los cuerpos de la mujer y la niña.
“Tranquilas, ahora están a salvo, pueden llamar a la policía y decirles que vengan directamente, todos están incapacitados”.
La mujer rápidamente agradecía mientras lloraba: “Gracias, gracias…”
Tomo un celular y llamo a la policía y a su esposo.
La niña tomó la mano de Dou Klaus y le dijo: “Gracias, superhéroe, nos salvaste.”
Dou Klaus sonrió y acarició la cabeza de la niña.
“Ve con tu madre, espera con ella aquí a las autoridades”. Luego de hablar, camino hasta el secuestrador líder.
Mirándolo, levanto un dedo y digo: “Un toque de mi dedo te dejará inválido de por vida, peor que la muerte, te lo aseguro. Si dices ahora quién es el que pidió el secuestro, te mataré directamente; si no lo dices, te dejaré inválido de por vida”.
“Maldito mocoso”. El secuestrador líder se molestó y disparó su arma directamente.
Dou Klaus sabía que, si se movía, la bala seguiría e impactaría con la madre, pero tampoco quería recibir un disparo hoy, así que en frente de él apareció un escudo de metal de la nada.
La bala impactó el escudo, y Dou Klaus rápidamente se movió, poniendo su mano en la espalda del secuestrador líder; sus ojos se iluminaron levemente y entonces el secuestrador líder gritó.
“¡Ahhh!”
Cayó al suelo y solo pudo gritar: “¡Maldición! No siento mi cuerpo…”
El líder secuestrador se asustó por fin: “¡No!”
“Te lo dije, ahora solo podrás decirle lo que sabes a la mujer y decirle que acabe con tu vida, a menos que quieras vivir así”. Dou Klaus se alejó y fue directo a su auto, donde estaba esperándola Lu Clary.
El secuestrador líder gritó rápidamente: “¡Hablaré, hablaré! Por favor, ¡mátame, no quiero vivir así!”
Al entrar al coche, miro a su esposa y su estado, con una ira creciente en él; incluso esos secuestradores estaban dispuestos a morir en vez de vivir como un discapacitado…
“Has vuelto, Sr. Dou”. Lu Clary suspiró de alivio.
“No me llames así, ahora soy tu esposo, debes llamarme por mi nombre, Klaus, o esposo”. Dou Klaus la miró y sonrió.
“Yo… Está bien… Klaus…” Lu Clary estaba sonrojada.
Dou Klaus la miró y sonrió alegremente.
“Hoy será el día que comenzarás a ser feliz; el mundo será tuyo si lo deseas”.
El auto avanzó y, tras un tiempo, llegaron a la villa donde vivía actualmente Dou Klaus.
Bajándola del auto en sus brazos, Dou Klaus la llevó cargando a su casa y la acostó en la cama de su habitación.
“Esposa, no te lo dije antes, pero soy un médico poderoso, así que te curaré las piernas ahora, como prometí”. Dou Klaus habló mientras acomodaba a Lu Clary en la cama.
“¿Ah? Eh… ¿Curar mis piernas de verdad?” Lu Clary estaba en shock aún, pero tras un momento solo puso su cara triste.
“Lo siento… Creo que no entendiste bien, yo… No tengo salvación en mis piernas, agradezco tu esfuerzo y todo lo que has hecho hoy; no tendrías que hacerlo, de verdad, lo siento…” Lu Clary estaba muy triste, pero sin poder derramar una sola lágrima.
Dou Klaus estaba procesando muchas emociones ahora.
“Esposa, confía en mí, en tu esposo, solo espera y verás”.
Dou Klaus movió sus manos y las puso en las piernas de su Lu Clary, mientras instaba el poder divino para sanarla.
Dou Klaus tenía una identidad aterradora en el mundo; aunque solo un grupo pequeño sabía quién era, su identidad titular era conocida por los altos mandos del mundo, y cualquiera tendría temor y respeto por él, ya que él es…
Maestro del Palacio de la Creación
Heredero del dios Brahma.
Actual Dios de la creación.
Tras una serie de eventos, obtuvo la herencia del Dios Brahma cuando estaba herido y siendo atacado por poderosos Renegados, y traspasó su poder divino a Dou Klaus, para luego sellarse con esos poderosos Renegados en una grieta dimensional.
Dou Klaus no solo tenía la herencia del Dios Braham; él mismo era el discípulo de un viejo extraño antes de que obtuviera la herencia del Dios Braham. Este viejo, con una habilidad mágica, selló en su cabeza todo el conocimiento médico que tenía. Dijo que cada vez que su cultivo se hiciera más fuerte con el tiempo, una capa del sello se abriría y obtendría automáticamente el conocimiento médico de esa capa.
Era algo que motivaría a todos para lograr crecer rápidamente, pero cuando obtuvo la herencia del dios Brahma, obtuvo el poder divino, que era capaz de romper todo el sello de ese viejo, y así, obtuvo todo el conocimiento médico; era mucho y tardó varios meses en digerirlo por completo. Y cuando terminó, se podría decir que incluso si el viejo compitiera con él, él podría ganar, porque no solo tenía el conocimiento del viejo, tenía el poder de la creación, que podía crear cualquier cosa de la nada.
Si bien el poder de la creación que tenía era muy poderoso, no era fácil de controlar y usar. Para crear un objeto, tenías que saber a nivel molecular cómo estaba compuesto el objeto y así usar el poder divino para crear el mismo objeto en físico.
Si fuera cualquier otra cosa, sería muy difícil de crear o reparar, pero él tenía el conocimiento médico de ese viejo, que incluso dijo que se situaba en la cúspide de la medicina. Reparar nervios y cualquier parte del cuerpo era lo más fácil para Dou Klaus. Por eso pudo cambiar la estructura del cuerpo de los secuestradores antes; su conocimiento del cuerpo humano y de cómo estaba conformado le dieron la capacidad de modificar cualquier cosa del cuerpo humano.
Empezó a reparar el cuerpo de Lu Clary; luego de analizar rápidamente el problema, se dio cuenta de que la discapacidad de Lu Clary se debía a un veneno, porque sus tejidos estaban corroídos por partículas de una planta venenosa, sus huesos estaban siendo absorbidos por una masa negra en el interior.
Dou Klaus miró esto y no pudo pensar en cómo alguien pudo hacerle algo así a una chica como ella, y este veneno llevaba veinte años consumiéndola; tendría como un año de nacida cuando le implantaron el veneno… El aura de Dou Klaus desprendió una ira aterradora; los cielos alrededor empezaban a formar nubes grises…
Sabía que no era momento de molestarse; se calmó y empezó el proceso para sanarla, eliminando las toxinas restantes, borrando la masa negra y reparando los nervios, vasos sanguíneos, huesos y músculos.
Dou Klaus no solo la estaba sanando, estaban realizando cambios físicos generales para volverla más saludable; sus piernas estaban muy delgadas y las llevó a un tamaño ideal.
Tras unos minutos, Lu Clary, que estaba quedándose dormida por la sensación de alivio que recorría su cuerpo, no se dio cuenta de que sus piernas estaban curadas. Antes de que Dou Klaus pudiera avisarle, Lu Clary se quedó dormida.
Dou Klaus la miró dormida y la arropó delicadamente.
No podía imaginar la vida de Lu Clary en su estado anterior.
Fue a la ventana y se quedó mirando la ciudad.
“Los ojos de Lu Clary… No quiero crearles unos normales; debo ir a buscar los ojos del zorro de nueve colas de la montaña Fogi, solo esos ojos son dignos de mi esposa”. Dou Klaus puso como objetivo los ojos de esa bestia mitológica.
En las altas potencias de varias partes del mundo se hablaba sobre la presencia de un Dios en el mundo mortal.
En alguna parte del continente, en las profundidades de un bosque, se oyó una voz grave: “El Palacio de la Creación… La presencia de ese Dios se ha ido… ¿Ha descendido?”
En la capital, un viejo estaba jugando ajedrez con un hombre uniformado con una insignia de una espada y una lanza cruzadas de color azul brillante.
“Comandante Zehu, la presencia de un Dios ha sido confirmada en el país por los maestros del Dominio Inmortal… Se especula que es el Dios de la Creación Brahma; debes rastrearlo y, cuando lo encuentres, pídele una reunión conmigo. Iré a donde él quiera reunirse. Importante, que no tenga ninguna molestia con nuestra nación; no podemos permitirnos ofender a ese Dios…”
En la parte norte del país, en un palacio majestuoso, un viejo miró al cielo y murmuró: “Un dios ha descendido al mundo mortal…”